Cronología del Cine Mexicano


Puños Rosas

Año: 2004
Director(es):Beto Gómez

PUÑOS ROSAS Dirección: Beto Gómez; Guión: Beto Gómez y Alfonso Suárez; Producción: Eckehardt Von Damm; Fotografía: Héctor Osuna; Música: Daniele Luppi; Compañía Productora: Videocine, Dejarme Disfrutar Films, Plural Entertainment y Catalan Films; Compañía Distribuidora: Videocine; Con: José Yenque (Germán Corona), Rodrigo Oviedo (Jimmy), Roberto Espejo (Lola), Isela Vega (La Güera), Randy Vázquez (Freddy Garza), Cecilia Suárez (Alicia), Adal Ramones (Alvaro), Kandido Uranga (Chanoc), Eduardo España, Marco Treviño (Judiciales), Omar Chaparro (Chuy), José Sefami (Chato), Jaime Camil (Randy Garza) y Jesús Ochoa (Chicote) México, 2004, 100 min Premios y nominaciones: Festival de Cine de Amiens, Francia, 2004: Estuvo nominada al Unicornio de Oro a Mejor Pelicula (Beto Gomez) Festival de Cine de Baja California Norte, Mexico, 2004: Participo en la Seccion Presentaciones Especiales Festival de Cine Latinoamericano CineSol, Brownsville, Texas, 2004: Gano el Premio The Sol of Excellence a Mejor Pelicula (Beto Gomez) Muestra de Cine Mexicano e Iberoamericano de Guadalajara, Jalisco, 2004: Gano los Premios Mayahuel a Mejor Actor (Robeto Espejo) y Mejor Diseño de Arte (Hania Robledo). Estuvo nominado al Premio Mayahuel a Mejor Pelicula (Beto Gomez) Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba, 2004: Participo en la Seccion Panorama Latinoamericano Festival Internacional de Cine de Hamburgo, Alemania, 2004: Participo en la Seccion Vitrina Puños Rosas... y el nuevo cine de narcos      (febrero 16, 2005) Por: Alberto Acuña Navarijo loungeymartinis@yahoo.com.mx Mientras la mayor parte de la prensa, para no variar, colabora con la publicidad de Puños Rosas con sus "atinados", "cultos", pero sobre todo "bien informados" comentarios, empeñándose de manera obtusa en calificarla como una historia de amor entre mafiosos y boxeadores gays, no pudiendo contenerse al formular toda clase de chismes de lavadero y preguntas que sólo a ellos se les pueden ocurrir: que si a Roberto Espejo le gusta vestirse con pantaletas negras despues de interpretar un travesti, que si Adal Ramones y Omar Chaparro se agarraron a cachetadas guajoloteras y jalones de pelos para ver quién es el mejor comediante de la televisión, que cuál es el significado del tan profundo tema "Nalguita" de Plastilina Mosh y un largo etcétera; para un servidor su principal interés fue que, después de ver el tercer largometraje de Beto Gómez -y no su opera prima como aseguran casi todos-, pudo confirmar sus sospechas y sus temores: la otrora promesa del cine independiente, que se podía dar el lujo de presumir su bagaje fílmico y sus agallas para apostar por propuestas atípicas, en gran medida por tener más definidas sus motivaciones, lo que lo llevó a realizar dos de las mejores películas mexicanas de los últimos años -El Agujero (1997) y El Sueño del Caimán (2002)-; se dejó seducir por el éxito comercial fácil que le puede dar la oportunidad de codearse con nuestra distinguida farándula en alfombras rojas y fiestas, logrando así que por fin prensa y público le hagan caso. No estoy afirmando que Beto Góez se haya vendido de la manera más baja, ya que aun conserva varios de sus fetiches, como los personajes perdedores y con mala pata orillados a situaciones límite, descentralizar la acción de su cine de la Ciudad de México ubicándola por esta ocasion en Matamoros, Tamaulipas, elegir caras poco conocidas como protagonistas y correr todo tipo de riegos -créanlo o no, y aunque parezca la salida más sencilla, tener entre el elenco a gente como Adal Ramones, Eduardo España o Rafa Valderrama tiene algo de acto kamikaze, ya que su cierto prestigio televisivo no garantiza nada- pero en su transición al cine comercial dejó muchos rasgos de su incipiente filmografía olvidados, como los son su chispa para soprender o su frescura; por lo que esta vez opta por un trabajo más convencional que se quiere muy serio e inspirado sobre otra realidad mexicana: la vida en la frontera norte, donde la ilegalidad y la violencia son el pan de todos los días. Enmarcado en el artificio del homenaje fílmico, en donde es notorio que como Beto Gómez no supo qué hacer con tanto dinero a su disposición tuvo que ceder a los caprichos industriales. Haciendo una oportuna comparación, a Gómez le sucede lo mismo que a Valentín Trujillo en Contrabando y Traición: La Camelia (Arturo Martínez, 1976): salió del anonimato, está escalando posiciones, ganando respeto y atención, pero por lo visto esta nueva faceta no le va a dejar nada bueno. Como ya lo he comentado, algo que no me cansaré de hacer cada vez que sea necesario, esa falsa fascinación snobista hacia la cultura pop, el cine chatarra y el kitsch mexicano, en la cual sólo basta que sea "naco" -considerando que sea "irresistiblemente naco" y no "naco-naco", que conste- y "chafa" -sólo si puede llegar a ser chic- para que se convierta en lo nuevo que La Condesa entera pueda presumir, ya que obviamente esta gente no tiene ni la más remota idea de cuál es la diferencia entre un subgénero y otro, degenerando en un infecto híbrido en donde lo mismo caben Juan Orol, Pepito Romay, Mauricio Garcés y Santo que Andrés García, Luis de Alba, Sergio Goyri y Chico Che y La Crisis, entre un sinnúmero de figuras y personajes más; provocando que de repente, como si de generación espontánea se tratara, surjan "fans" del cine de culto, la televisión más cutre y la música más rascuache, que toda su vida ha gozado con estas manifestaciones -que de paso sea dicho sólo en Mexico ha podido nacer-, quedando la pregunta obligada: ¿dónde demonios se encontraban estos fanáticos hace diez años? Si de culpar a los responsables de esta propagación se trata, estos son los integrantes del colectivo de música electrónica Nortec provenientes de Tijuana -y después se preguntan por qué tiene tan mala reputación esta ciudad-, los cuales se han dedicado en rescatar a verdaderos ídolos vinculados a la narcocultura como Chalino Sánchez, Los Cadetes de Linares, Los Broncos de Reynosa, Lupillo Rivera y los mismísimos Hermanos Almada, entre muchos otros, ya que es lo más cercano que tiene esta gente, para ilustrar flyers, portadas de discos, y que sean los protagonistas de videos y gráficas mientras estos tíos tocan portando tejanas, camisas de colores chillantes y sendas botas; todo debido a esa actitud muy mexicana de valorar lo suyo cuando alguien más sí lo aprecia. En pocas palabras, si en Estados Unidos o Francia veneran esta cultura, ¿por qué nosotros no?, deviniendo en la mencionada globalización que utiliza parámetros por demás patéticos. Por ende, si ya Sin Ton Ni Sonia (Carlos Sama, 2003) homenajeó al cine camp, mientras que Amenaza Dr. Veneno (Rubén Escalante, 2003) y Matando Cabos (Alejandro Lozano, 2004) hicieron lo propio con el cine de luchadores, sólo era cuestión de tiempo para que el cine de narcos y el videohome tuvieran su propio reconocimiento mainstream, siendo éste el primer reclamo hacia Beto Gómez. El director de Puños Rosas asegura ser un ferviente admirador de este cine, pero para llevarlo a pantalla lo estilizó, combinándolo con cine de Sergio Leone, Walter Hill y Quentin Tarantino, haciéndolo más digerible para un público que a lo mucho puede ver con cierto dejo de curiosidad títulos clave como 357 Magnum (Rubén Galindo, 1979) y Lola la Trailera (Raúl Fernández,1983) o La Camioneta Gris (José Luis Urquieta, 1990) o mero título de mucha clase como La Texana Maldita (José Luis Vera, 2000) o La Caspa del Diablo (Fernando Durán,2001), pero nunca tomarlas tan en serio y en cuenta; quitándole toda su esencia a ese género, situación que no se presentaba con los homenajes mejor planteados y menos calculados que realizó en sus anteriores cintas. En fin, al dinero ni el director más independiente le hace el feo. En una ciudad en donde no existen oportunidades de trabajo y de sobresalir, en donde imperan la violencia más desaforada y el poder del dinero mal habido, cualquier esperanza se muere rápido. Por ello Jimmy (Rodrigo Oviedo), un joven embalsamador que se dedica en sus ratos libres al boxeo amateur, quiere dejar todo atrás y empezar una nueva vida, a base de ganchos al hígado y knockouts podría lograrlo. Y es que limpiar, vestir y maquillar a todos los narcos que llegan diariamente a su trabajo ya no le satisface, aunado a que diaramente vive de cerca tragedias por el ambiente tan agresivo que permea en su ciudad, más cuando es testigo de un asesinato por un ajuste de cuentas por parte de Germán Corona (José Yenque), un matón que junto a su suegra La Güera (Isela Vega) se dedica al tráfico de autos, haciendo tratos con gringos y chicanos, logrando ser una persona muy temida e influyente. Pero para mala suerte de Jimmy, su padre El Chato (José Sefami), siempre apuesta grandes cantidades en contra suya con dos judiciales que rigen el mundo de las apuestas deportivas (Eduardo España y Marco Treviño), por lo que casi nunca ve su dinero. Pero cuando El Chato se pasa de la mano con una apuesta provoca que los judiciales quieran cobrarse con el pobre boxeador y le cuelguen una muertita llevándolo a la carcel. Como la suerte es perra, Jimmy no sólo ve truncadas sus aspiraciones sino que conoce ahí a Germán, quien se encuentra ahí por culpa de su rival Freddy Garza (Randy Vázquez). Germán ve en Jimmy la llave para poder vengarse de Freddy en una estelar pelea de box, dejando una estela de sangre, amor y venganza. En esta ocasión se me hace imposible y al mismo tiempo ridículo hablar de lo veraz que puede ser o no la ambientación de la cinta, que es de los temas que más renegamos en esta página cuando los realizadores mexicanos quieren hacernos creer que la realidad de nuestro país es la que ellos perciben comódamente delante del televisor; ya que no creo que el ver tantas películas de Mario Almada, Jorge Reynoso, Agustín Bernal o Alvaro Zermeño me sirvan para saber cómo es la frontera y ya que no se me hace ninguna garantía que Beto Gómez jure por su madrecita que filmó en locaciones reales, me dispongo a hablar de algunos otros defectos que tiene la cinta, cosa que debería de hacer el resto de la prensa que sin conocimiento de causa pega el grito en el cielo por la mala imagen que se le hace a Matamoros y quieren ponerse muy doctos en la materia opinando de temas que no viven de cerca, situación que ya habíamos visto con Perdita Durango (Alex de la Iglesia, 1997) o Tráfico (Steven Sodebergh, 2000). Por ejemplo, no sé por qué los directores mexicanos suponen que para que sus cintan contengan un aire de seriedad deben de disertir con dizque complejidad tópicos como vida, muerte, destino, amor, sexo, familia o dinero y para hacerlo más artístico utilizan el recurso de la voz en off, el cual si no se sabe utilizar debidamente puede llegar a resultar una lata. En el caso de Puños Rosas, cuya narración fuera de cuadro en donde Jimmy habla metafóricamente de la incertidumbre que es el vivir en la frontera, se queda a medio camino entre Gente Común y Snuff (Ignacio Rinza Oviedo, 2004), por lo inútil que es remarcar lo que estamos viendo, y la telenovela Rebelde, por su risible inspiración con frases prefabricadas. Por otro lado, mucho se ha hablado del soundtrack. Después de haberlo escuchado minuciosamente en varias ocasiones, puedo afirmar que este es de los clásicos discos “engañabobos”. Lo que más ha llamado la atención es la extraña mezcla y selección de temas en donde lo mismo se dan cita Cepillín (“En la Feria de Cepillín”) y Rigo Tovar (“Mi Matamoros Querido”, ¿cuál otra si no?), que el bolero con Eydie Gorme y Los Panchos (“La Última Noche”), musica guapachosa con Trío Acuario (“Oh! Latin Boy”), y música que nos transporta a los 80 con el sonido Polymarch de Los Kamasutras (“Mucho Macho”). Efectivamente la selcción es buena y en algunas casos pienso que hubiera sido ideal para grandes clásicos del género: “Sexodisco” de Daniele Luppi, tema ultralounge, pareciera compuesta para alguna escena con Valentín Trujillo en Brownsville mostrando su alto caché, mientras que “The Road” de The Spiders serviría para poner el ambiente en aquella cantina de mala muerte, escenario por excelencia de este cine, pero como ya comentaba, el no tener un aprecio y conocimiento real de subgéneros y estéticas provocan que ningún tema encaje con alguna escena de la película y las 16 rolas que componen el disco nunca tengan la relación que se proponían. Probablemente sea una necedad de mi parte quejarse de las nuevas inclinaciones artísticas de Beto Gómez, ya que es el paso lógico de la mayor parte de los realizadores, pero si tomamos en cuenta que en México carecemos de Autores, es una lástima que cada vez queden menos. O en otras palabras, aquel sueño por tener algo mejor, que no sólo tuvieron un espalda mojada, un ladrón de autos o un promisorio boxeador, sino también el público de aquellas historias, se ha quedado en El Agujero. PUÑOS ROSAS Dirección: Beto Gómez; Guión: Beto Gómez y Alfonso Suárez; Producción: Eckehardt Von Damm; Fotografía: Héctor Osuna; Música: Daniele Luppi; Compañía Productora: Videocine, Dejarme Disfrutar Films, Plural Entertainment y Catalan Films; Compañía Distribuidora: Videocine; Con: José Yenque (Germán Corona), Rodrigo Oviedo (Jimmy), Roberto Espejo (Lola), Isela Vega (La Güera), Randy Vázquez (Freddy Garza), Cecilia Suárez (Alicia), Adal Ramones (Alvaro), Kandido Uranga (Chanoc), Eduardo España, Marco Treviño (Judiciales), Omar Chaparro (Chuy), José Sefami (Chato), Jaime Camil (Randy Garza) y Jesús Ochoa (Chicote) México, 2004, 100 min Premios y nominaciones: Festival de Cine de Amiens, Francia, 2004: Estuvo nominada al Unicornio de Oro a Mejor Pelicula (Beto Gomez) Festival de Cine de Baja California Norte, Mexico, 2004: Participo en la Seccion Presentaciones Especiales Festival de Cine Latinoamericano CineSol, Brownsville, Texas, 2004: Gano el Premio The Sol of Excellence a Mejor Pelicula (Beto Gomez) Muestra de Cine Mexicano e Iberoamericano de Guadalajara, Jalisco, 2004: Gano los Premios Mayahuel a Mejor Actor (Robeto Espejo) y Mejor Diseño de Arte (Hania Robledo). Estuvo nominado al Premio Mayahuel a Mejor Pelicula (Beto Gomez) Festival de Nuevo Cine Latinoamericano de La Habana, Cuba, 2004: Participo en la Seccion Panorama Latinoamericano Festival Internacional de Cine de Hamburgo, Alemania, 2004: Participo en la Seccion Vitrina


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