Paloma querida
José Alfredo Jiménez
Por el día en que llegaste
a mi vida, Paloma querida,
me puse a brindar,
y al sentirme un poquito
tomando, pensando en tus labios
me dio por cantar me sentí
superior a cualquiera
y un puño de estrellas
te quise bajar, y al mirar
que ninguna alcanzaba
me dio tanta rabia que quise llorar.
Yo no se que valga la vida,
pero yo te la quiero entregar.
Yo no sé si tu amor
la reciba; pero yo te la vengo a dejar.
Me encontraste en un negro camino como
un peregrino sin rumbo
ni fe, y la luz de tus
ojos divinos, cambiaron
mis penas, por dicha y placer.
Desde entonces yo siento
quererte con todas las fuerzas
que el alma me da,
desde entonces paloma querida,
mi pecho he cambiado por un palomar.