Amada mía
L. M. de Mario Ruiz Armengol
Nunca, nunca sospeché
que fuera tanto
lo que así te quisiera
amada mía.
Todo, todo te entregué
en un solo beso
fuiste mi tormento
mi alegría, oh, reina mía.
Nunca, nunca imaginé
que terminara esta tentación
que nos unía
amada mía.
Siempre, siempre
viviré para quererte
tu recuerdo está en el
alma mía, amada mía.
Siempre, siempre
viviré para quererte
tu recuerdo está en el
alma mía, amada mía.