Corrido de Arnulfo González
D. P.
De Allende se devolvió
con veintiún años cabales,
gratos recuerdos dejó
al pueblo y a los rurales.
Estaba Arnulfo sentado
y en lo que pasó un rural:
oiga amigo, qué me ve,
la vista es muy natural.
El rural muy enojado
en la cara le pegó,
con su pistola en la mano
con la muerte lo amagó.
Arnulfo se levantó
llamandolé la atención:
oiga amigo, no se vaya,
falta mi contestación.
Se agarraron a balazos,
se agarraron frente a frente,
Arnulfo con su pistola
tres tiros le dio al teniente.
El teniente mal herido,
ya casi pa’ agonizar,
le digo oiga no se vaya,
acábeme de matar.
Arnulfo se devolvió
a darle un tiro en la frente,
pero en la vuelta que dio
allí le pego el teniente.
Qué bonitos son los hombres
que se matan pecho a pecho,
cada uno con su pistola
defendiendo su derecho.
Ya con ésta me despido
pacíficos y rurales,
aquí termina el corrido
del teniente y de González.