Cronología del Cine Mexicano

González Ortega Jesús

Fecha de Nacimiento(Defunción):Valparaiso, Zac. (1822-1881)

Nombre: González Ortega Jesús
Disciplina: Milicia
Lugar y Fecha de Nacimiento: Valparaíso, Zac. (1822-1881)

Sinópsis Biográfica: Estudió en el Seminario Conciliar de Guadalajara en 1848, cursaba cátedra de filosofía siendo su maestro el Dr. de Teología Don Mariano González.Notable caso del sencillo provinciano, el escribiente de un humilde juzgado en Teúl, Zac., para convertirse a la postre en un gran soldado de la República, con dotes militares y atributos esenciales en tan distinguido hijo del pueblo.Ministro de Guerra primero, y después General en Jefe del ejército de operaciones contra las banda armadas de Márquez; Gobernador de Zacatecas y Presidente de la Suprema Corte de Justicia el bizarro caudillo aparecía siempre en primer lugar en la imaginación de los patriotas.Pero desde entonces nació esa rivalidad implacable que comenzando por inclinarse ante tantos honores y distinciones había de acabar por abatirlo por humillarlo y por arrebatarle sus derechos y hasta la fuerza de su vida. Desde 1861, se cavó un abismo hondísimo entre Juárez y González Ortega. El que más tarde había de afianzarse al sillón Presidencial como a cosa suya el que había de hacer de la fortuna y de la Gloria nacional una especie de derecho perpetuo a la dictadura, no podía soportar desde aquellos tiempos, aún cuando el porvenir estuviese envuelto en nubes borrascosas, que surgiese un antagonista en el terreno político. La historia dirá alguna vez con voz austera, todo lo que hubo de injusto y de mezquino en esta naciente rivalidad que no tuvo por origen más que los grandes méritos del caudillo de la reforma.Amenazada la patria por la Invasión Francesa, el General González Ortega acudió, como la mayor parte de los patriotas en defensa del territorio nacional, y condujo a México una fuerte división que marchó en el acto a reforzar al ejército de oriente. Después de la muerte del General Zaragoza el gobierno le confió el mando de ese ejército y el honor de la Plaza de Puebla. Todo mundo conoce la porfiada y heroica defensa que hizo nuestro ejército al mando del General Ortega, y sitiado por el ejército francés a las órdenes de Forey.El General Ortega, después de haberse escapado de prisión se dirigió a su estado, habiendo tenido que presenciar el asesinato infame del patriota General Llave circunstancia que exacerbó sus penas morales y que tal vez causó la honda sensación que más tarde había de convertirse en una enfermedad permanente y terrible. Sin embargo, siguió organizando con la actividad que le era genial nuevas fuerzas con las que combatió todavía al enemigo extranjero, aunque sin fortuna. Después se marchó al extranjero. ¿Qué causa hubo para esta ausencia? La historia las hará conocer alguna vez, y ellas quizás, atenuaran la única falta que cometiera el campeón de la reforma y de la independencia, dejando el País cuando era preciso quedarse en él para defenderlo instante por instante.El General González Ortega pagó muy caro esta falta. A su vuelta, y cuando debió revestir el carácter de Presidente de la República que le pertenecía por ministerio de la ley, se encontró desposeído por Juárez que alegando precisamente esa ausencia, asumió el poder revolucionariamente, arbitrariamente, por la aquiescencia sola de algunos jefes militares, y por las circunstancias enteramente excepcionales de la situación.Sea como fuere, el General Ortega no promovió obstáculos serios al Gobierno de Juárez. Se contentó con protestar en nombre de la Constitución. Y en virtud de esa protesta fue declarado rebelde y aprehendido tan luego como piso el territorio nacional.El General Ortega fue uno de los grandes campeones de esa época memorable. Su nombre está perpetuamente unido a los nombres de Alvarez, de Ocampo, de Lerdo de Tejada, de Juárez, de Gutiérrez Zamora, de Degollado, de Zaragoza, de De la Llave, de Huerta, de Valle, de Arriaga, de Ramírez y de Prieto.El 28 de febrero de 1881 exhaló el último aliento en su casa solitaria, en la que voluntario prisionero, se había encerrado tres años antes en busca de silencio, el olvido y reposo.
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Villaseñor y Villaseñor Ramiro “ Las calles de Guadalajara “ (Tomo 2 p-77-86)


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