Dios nunca muere
Macedonio Alcalá-Garrido
Muere el sol en los montes
con la luz que agoniza,
pues la vida en su prisa
nos conduce a morir.
Pero no importa saber
que voy a tener el mismo final,
por que me queda el consuelo
que Dios nunca morirá.
Voy a dejar las cosas que amé,
la tierra ideal que me vio nacer;
pero sé que después habré de gozar
la dicha la paz que en Dios hallaré.
sé que la vida empieza
en donde se piensa
que la realidad termina.
Sé que Dios nunca muere
y que se conmueve
del que busca su beatitud.
Sé que una nueva luz
habrá de alcanzar nuestra soledad
y que todo aquel que llega a morir
empieza a vivir una eternidad.
Muere el sol en los montes...