El caballo bayo
D. P.
Ya no vuelve a su pesebre
mi fiel caballo, no vuelve, no.
Ya no relincha de gozo
como cuando alguien, lo acarició.
Maldita la suerte perra
que un de repente, se lo llevó, ¡ay!
Pobre mi caballo bayo
cuánto he llorado, porque el murió.
Y fue en este mismo tiempo
ya van dos años, que ayer cumplió.
Cuando una terrible peste
en el potrero, lo arrebató
Parece que me llamaba
su pataleo, me lo anunció, ¡ay!
Pobre mi caballo bayo
cuánto he llorado, porque él murió.
Allí me fui como flecha
pero en cuantito, me le acerqué.
Me clava a sus ojazos
como diciendo: cúreme usted.
Lanzaba unos mordiscones
pero ¡ay! recuerdos, que él me dejó, ¡ay!
Pobre mi caballo bayo
cuánto he llorado
porque él murió.
Murió mi caballo bayo
que por las tardes, paseaba yo,
para pasear a mi chata
pegarle un grito y decirle adiós.