El ojo de vidrio
Victor Cordero
Voy a cantar el corrido
del salteador de caminos
que se llamaba Porfirio
Llamábanle: “Ojo de vidrio”
Lo tuerto no le importaba
pues no falla en el tiro.
Se disfraza de arriero
para asaltar los poblados
burlándose del gobierno
mataba muchos soldados,
nomás blanqueaban los cerros
de puros encalzonados.
¡Ai viene el Ojo de Vidrio!
gritaba el pueblo asustado,
y las mujeres buscaba
mirando por todos lados;
dejaba pueblos enteros
llenos de puros colgados.
Despúes de tantas hazañas,
al verlo que se paseaba
con su caballo tordillo
frente a la plaza de armas,
lo acribillaron a tiros
sin que le pasara nada.
Tal vez estaba forrado
con un chaleco de malla,
porque las balas botaban
mientras él se carcajeaba.
Se fue tranquilo a caballo
sin nadie que le estorbara.
Bajaron tres campesinos
allá del cerro escondido,
trían al Ojo de Vidrio
picado de un coralillo,
venía ya muerto el bandido
sobre el caballo tordillo.